jueves, 14 de marzo de 2024

Un par de grafitis

De un fuego abandonado
unas ramas hacen brasas
en un montón de tierra
y lanzan el olor del conurbano
junto a una vereda de baldosas vainilla.
Ahí cerca de una de tus casas
hay una pintada de mi equipo,
a dos trenes y un subte de la cancha,
y juro que no la hice
yo. No puedo decir lo mismo
del grafiti con el nombre de mi blog
en el túnel de la estación. En la línea
de cuando decíamos que caminaba mucho
para que alguien me viera,
lo escribí en varios túneles,
de Floresta a Ituzaingó,
en varios viajes, cuando viajar
era gratis (aunque a veces
costaba la vida).
Era gratis presentir
que podía integrar
la vida de alguien,
que tomarme el tren a deshoras
me acercaba a vos.
Después, la realidad se impuso, después
de que me dijeras

"¿quién pensaste que podías llegar a ser?".

jueves, 21 de diciembre de 2023

Rastis rotos

Esos pibes medio genios
tipo Gino Tubaro dicen
“cuando era chico rompía los juguetes
para ver cómo estaban hechos
y crear cosas nuevas”.
Yo también los desarmaba,
pero no podía
volverlos a armar ni se me ocurría
hacer algo nuevo.
Muchas veces ni siquiera
tenía la intención de romperlos,
simplemente entrar
en mi campo gravitacional
los llevaba a ese estado.
Fui creciendo entre fragmentos
tirados a medida que se rompían
autitos, espejos, el microscopio,
las antenas de los radiograbadores,
un par de ventanas, el reloj
que daba la hora de muchas ciudades,
los dientes, la familia.
A veces hago malabares
con los restos y me dan
unas monedas,
pero no se puede vivir de eso
como no se puede
armar nada con rastis rotos.

jueves, 26 de octubre de 2023

Tu esternón

Igual que Mazinger
cuando se planta y saca pecho,
de tu esternón salen luz y calor,
pero no son rayos
fulminantes que arrasan con todo.
Algunas veces los percibí
como una energía que me hace bien,
aunque sólo la conozco
por verla de a ratitos,
y no da mirar mucho.
Puede parecer
que te estoy espiando el escote
y queda feo.

lunes, 11 de septiembre de 2023

martes, 20 de diciembre de 2022

Normal

Cuando dejaron de despertarme
para ir al colegio,
mis viejos se dieron cuenta
de que sin esa obligación
no salía a la calle.
Me pusieron un psicólogo tras otro
y les pagaban a conocidos suyos
para que me dieran pelota.
La compañera del laburo de mi vieja
me invitó a un recital
donde se levantó a un flaco,
el empleado de mi viejo
traía una silla a mi habitación
y se quedaba dormido mientras me hablaba,
la hija del portero tenía una amiga
que al verme dijo “ah,
pero es normal”.
Parece que esperaba un quasimodo,
alguien con exceso
de cromosomas
o que me babeara
fuera del lenguaje,
lo que el relato
de mi madre y la chica esta
habrán configurado en su cabeza.
Pasaron más de treinta años,
algún especialista
en autismo y no sé
cuántas cosas más,
pero nunca un diagnóstico
ni la capacidad para salir
de ese lugar, que es este lugar.
Y recién pensaba en mi nombre,
en mi cuerpo, en los espacios
en blanco de mi CV,
en las frases que nunca me dijeron,
en las fotos de mí que no tengo,
y me acordé de esa palabra
que pronunció Gabriela,
de la calle Bahía Blanca, a media cuadra
de las vías, y no sé qué soy,
pero si hay algo que nunca pude es
ser una persona normal.

lunes, 24 de octubre de 2022

Por la plaza del Cañón


Los pájaros buscan
nuevas referencias
ahora que volaron
la calesita, la pérgola
y el lugar donde nos vimos
esa vez que fue la última
y yo no lo sabía
–y vos no sé–.
El colectivo sigue
cambiando de colores
y su metamorfosis me asegura
la ubicación temporal.
Nubes preñadas de lluvia
apuran la noche,
sobre la otra plaza
avanza la villa, ahora
tengo que llegar a la ruta
antes que la tormenta,
antes de acordarme
que de nuevo viajé
para ver a nadie.

sábado, 24 de septiembre de 2022

Mapas

Tengo una colección
de mapas en la cabeza,
de jazmines, de eucaliptus, de cobayos
exhibidos en la vidriera de alguna veterinaria.
De calles que caminé con alguien,
de plazas a las que fuimos
y umbrales donde nos sentamos.
De casas a las que nunca
me van a invitar. 
De links que seguí
para tener fotos en las que no estoy
de gente que no me las dio.
El territorio en el que me oriento
está hecho de pasado y cosas
que no van a suceder.

miércoles, 24 de agosto de 2022

Gatos

El gato sigue
por la vereda, indiferente
a mis maullidos.
Alarga sus pasos,
afina el cuerpo
y con un salto olímpico
pasa entre las rejas
y se pierde en la oscuridad del galpón.
Desde la esquina veo a otro
que se esconde bajo un auto
y no se asoma cuando me detengo
maullando a su lado.
La determinación de uno
y el miedo del otro
me privan de la única
comunicación presencial
que podría tener esta noche.

domingo, 24 de julio de 2022

Escribir poesía después de...


Todos los días demuelen
al menos una casa.
Mientras sucede lo que no quieren
llamar guerra
o durante eso que juegan
a nombrar calma.
Un edificio de once pisos o un campamento beduino,
en la ciudad más densamente poblada del mundo
o en el medio del desierto,
con un preaviso de tres a diez minutos
contando desde el final del mensaje
o por sorpresa,
vacíos o con gente
adentro,
de un lado del muro
o del otro lado –no importa
qué dice tu ID
cuando tu piel
es del color
de la tierra–.
Puede haber muertos o no,
puede ser el Estado o particulares
que incendian una casa
y queman viva
a la familia que vive en ella
(googlear “Duma
arson attack”),
A veces arguyen que ahí
se ocultan terroristas, a veces,
que son construcciones ilegales,
a veces admiten
que es el castigo
a la familia de un militante.
A veces podés rescatar algo
antes de que suceda,
a veces podés buscarlo
entre los escombros, a veces
ni siquiera eso.
A veces sale el número más perverso
en su ruleta del mal,
y te dan a elegir:
la derrumban ellos y te pasan la cuenta
o vos tenés que destruir
tu propia casa.
No importa si es posible
escribir poesía después de la Nakba
porque la Nakba continúa sucediendo.



viernes, 24 de junio de 2022

Modelo 2009


Subí al sitio de colectivos
una foto que saqué en la cabecera,
a la vuelta de tu casa.
Alguien me dejó
un comentario que decía
“modelo 2009
y sigue en servicio,
capaz ya le queda poco tiempo”.
Vale para el 205 de la foto
y para los recuerdos
que tengo de vos, lo que queda
de cuando alguien me vio.