suena a latidos apagados
cuando cruza la zona
de los paneles acústicos.
El ritmo se forma en la intersección
de los autos parados en el semáforo
y una visión periférica
allá arriba.
Un sonido frágil me hace acordar a vos
ahora que nuestra relación –profesional–
se agota como esa bradicardia breve
y solo quedan impulsos neuroquímicos.
Sos la dopamina adulterada
del recuerdo del recuerdo
corriendo por circuitos impresos
que llevan a tus manos
desde la primera vez
Solo en un desvío
de esas conexiones
me vas a contar cómo era
viajar todos los días en tus años de facultad
o vamos decir algo
de las tumbas que se ven por la ventanilla.
Solo en mi cabeza
algo de esa /nuestra/ energía.