Quiero hacer una torta,
pero no hay azúcar en la ciudad.
Quiero hacer pan,
pero no hay trigo en los campos;
solo un espantapájaros harapiento
que asusta a los campesinos
y no a los cuervos.
Quiero amasar una luna,
pero no hay horno donde quepa
su imponente redondez.
Entonces decidí comerme el corazón
crudo
porque no hay con qué hacer fuego en la ciudad.
(Una traducción propia y fiel de لا سكر في المدينة, de Hend Jouda, poeta palestina nacida en el campo de refugiados de Al-Bureij, en Gaza, en 1983, tercera generación de refugiados. El poema integra el libro homónimo, editado en 2017, porque el uso que hace Israel de la comida y el hambre como armas de guerra no comenzó con el genocidio en curso).
لا سكر في المدينة
إريد أن أخبز كعكةً
ولا سكر في المدينة
إريد أن أخبز رغيفاً
ولا قمح في الحقول
لا يُوجد سوى فزاعةٍ متهالكةٍ
تُر عِبُالفلاحين
ولا تُجيفُ الغُراب
اُريدُ أن أخبزَ قمَراً
و لا فُرنَ يتسِعُ لاستدارَتِهِ الشَاهِقَهْ
لذا قررتُ أن التهِمَ قلبي
نَيئاً
فلا نارَ في المدينة
إريد أن أخبز كعكةً
ولا سكر في المدينة
إريد أن أخبز رغيفاً
ولا قمح في الحقول
لا يُوجد سوى فزاعةٍ متهالكةٍ
تُر عِبُالفلاحين
ولا تُجيفُ الغُراب
اُريدُ أن أخبزَ قمَراً
و لا فُرنَ يتسِعُ لاستدارَتِهِ الشَاهِقَهْ
لذا قررتُ أن التهِمَ قلبي
نَيئاً
فلا نارَ في المدينة

Tremendo.
ResponderEliminarY yo como un nabo (desde 1983) en culis mundi esperando que aflojen con el genocidio tan sólo para poder seguir con las páginas de ese best-seller llamado La Biblia sin pudor.
Abrazos, O.O.
El best seller ese tiene un capítulo que prefigura el genocidio actual, que narra una treintena de genocidios de pueblos donde mataban a todos los habitantes, hombres y mujeres, niños y ancianos, y también a los animales. Igual que ahora, los de ahora inspirados en aquellos.
Eliminar