Nunca voy a poder
escribir un verso como
“tu cara va tomando la forma más bella de la energía”.
Nunca voy a ver tu cara
cuando toma esa forma,
nunca mi trabajo
devoto y rítmico
la propiciará.
Nunca seré huésped –ni testigo–
de tu deseo.
Nunca voy a poder
impregnarme de la energía
que disipa tu cuerpo
justo después de acabar.
Tocamos y nos vamos, siempre en alquiler.
ResponderEliminarNos apegamos tanto a ese departamento donde la pasamos tan bien ¡qué necesidad esa de ir a ver cómo está ese inmueble vacío, frío, cuando ya no es nuestro, cuando ya no la estamos pasando bien. Masoquista
Abrazo!
Quienes la pasaron bien en ese departamento habrán sido sus sucesivos inquilinos.
ResponderEliminarYo nunca accedí a él -salvo de este modo-, ni a ese cuerpo, ni a esa forma de su energía.
Sólo pude conocer otras formas, fugaces, profesionales, que me hacen cintilar cada vez que entro en contacto con ellas, y termino como un linyera, recolectando pedacitos absurdos para armarme un golem con el cual drogarme un rato.
Saludos!