miércoles, 14 de abril de 2021

Lima victor


Otra vez hago el viaje
inverso al tuyo
cuando venías a verme.
Voy a merodear cerca de tu casa,
a buscar vestigios del aire
que desplazás
o la química que produzco
al traerte a mi cabeza,
que pega más si se consume in situ.
Ya me sé los nombres y la traza
de Rivadavia para adentro,
donde las calles se tuercen
al cruzar la diagonal.
Puedo ir más allá del semáforo,
que antes era parte del horizonte,
y volver sin perderme;
pero no hay una Filcar para saber
qué camino tomar en las relaciones.
Los colectivos están fuera de escala
en esas calles angostas
rumbo al playón,
parecen mastodontes desatados
en un laberinto de ratones.
Para vos ya será tan cotidiano
como no acordarte de mí,
pero recién descubro que los aviones
pasan bajito por tu barrio
cuando aproximan a Palomar.
En el costado de la panza blanca
y amarilla adivino “lima victor”,
y antes de poder seguir leyendo
lo pierdo de vista.
Más o menos como me pasó con vos.